Un vuelo de fin de semana en una modesta avioneta, compartido entre dos parejas de primos —Luis Mario con su esposa Dana, y Leana, embarazada de siete semanas, junto a su enigmático esposo Enrique Babona— prometía ser un escape inofensivo de la rutina. Pero a mitad del trayecto, sobre los colosos salvajes de la Sierra Madre Occidental, el motor de la aeronave se detiene sin aviso. En segundos, el cielo se convierte en amenaza y la muerte toma asiento entre ellos.
Es entonces que Enrique Babona, hasta entonces un hombre de silencios largos y pasado impreciso, toma los controles con una serenidad que hiela la sangre. Nadie sabía que alguna vez fue piloto. Nadie sabía cuánto había querido ocultar lo que había sido. Lo que era.
La emergencia los obliga a aterrizar en una pista clandestina perdida entre montañas. Lo que sigue no es un rescate, sino un descenso hacia los viejos fantasmas de Babona: narcos, pactos sin redención, mujeres como fieras que mandan más que los hombres, y un nombre olvidado que vuelve a la carga —La General. En medio de ese infierno de verdades ocultas, cargamentos prohibidos y noches sin ley, cada uno deberá decidir qué parte de sí mismo está dispuesto a entregar para sobrevivir.
Nos decían los Reyes de las Pistas de 110 es una novela intensa, feroz y profundamente humana, donde el amor, la traición, el pasado y la supervivencia chocan como aeronaves sin plan de vuelo.
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